martes, 24 de julio de 2012
NIEVE - Los Emisarios Del Gran Espíritu
NIEVE
Los Emisarios Del Gran Espíritu
19 Julio de 2012
Mi nombre es Nieve. Estoy alegre de venir a hablarles. Vengo a contarle una historia. Esta historia está vinculada, profundamente, a la historia de mi pueblo, en el que estuve, en una encarnación hace algún tiempo sobre esta Tierra. Mi pueblo (como muchos pueblos que no han pasado, al olvido, de manera dramática, al menos hasta momento, por parte de lo occidental), como el conjunto de los pueblos nativos, sabíamos, hasta hace algún tiempo, mantener la comunión con el Gran Espíritu y sus elementos. Porque los Elementos de la Tierra, que nos constituyes a todos, cuando estamos aquí presentes en este mundo, son los Caballos de Gran Espíritu. Hoy, ustedes saben, que incluso los pueblos nativos han perdido, en su mayor parte, esta conexión con el Gran Espíritu que ahora, vuelve a grandes pasos, según lo anunciado por la mayoría de nuestros chamanes, y de nuestros médiums. Lo que viene, nosotros los indios, lo llamamos el renacimiento del Gran Espíritu, marcada por el despertar de la Tierra, por el Canto del Fénix, que firma el fin del olvido.
Los Elementos son los Caballos de Gran Espíritu que también cantan ya, sobre la Tierra, el fin del olvido. Nuestro cuerpo pertenece a esta Tierra. En cuanto nacemos, somos agrupados por los Caballos del Gran Espíritu. Estos Caballos, durante algún tiempo, y especialmente desde que el tam-tam de la Tierra ha resonado, se han puesto en movimiento. En occidente, ustedes los llaman, los 4 Jinetes del Apocalipsis. El cuerpo de carne se compone de estos 4 Jinetes, ellos también se ponen en movimiento. Por supuesto otros más eruditos que yo, les hablaron de estos primeros movimientos de los Caballos: los elementos, en ustedes. Muchos, de ustedes han vivido la realidad o las primicias, pero en la actualidad, el Gran Espíritu dio el impulso a estos Caballos para preparar el despertar del Fénix, el retorno del Gran Espíritu, sin importar el nombre que se le dé, según los nativos o los occidentales.
La naturaleza les da ver, por doquier sobre la Tierra: los Caballos que se desbocan, se desbocan también en ustedes. Los 4 Elementos, como los llaman, están cada vez más activos, lo que le permite vivir en este cuerpo, en esta carne, cosas inusuales, pero, que para los nativos, fueron habituales. Seguíamos a la Tierra, seguíamos sus ritmos, seguíamos sus Elementos. Para nosotros, no había separación entre este cuerpo y los elementos de la naturaleza, de los cuales está constituido. En los tiempos antiguos (y en el tiempo, en que estaba encarnada en mi pueblo), podíamos ser el Viento, el Fuego, la Tierra y el Aire. Simplemente porque estábamos conectados, como dicen, al Gran Espíritu.
Lo que sienten en vuestros cuerpos, lo que atraviesa vuestra conciencia es exactamente eso. Entonces, cualquiera que sea el nombre (que lo llamen energía, centros de energía u otra cosa, como por ejemplo, el canal de comunicación con nosotros), es el resultado del ensamblaje de los Elementos, de los Elementos que despertaron, en ustedes como los que despertaron en la Tierra. Y los elementos, desde algún tiempo, se aceleran, se vuelven más impetuosos. Entonces, para quien está convencido de que solo es ese cuerpo, es un peligro y el peligro puede venir del Agua, del Fuego, la Tierra o del Aire.
Los 4 Elementos, los 4 Caballeros, cantan. Cantan el retorno del Gran Espíritu. El Aire se vuelve poderoso. El Agua recubre las Tierras y el Fuego quema los bosques y tierra se ahueca. Este es el llamado del Gran Espíritu. Por supuesto, quienes no perciben al Gran Espíritu en ellos y ven los Caballos en movimiento, llaman a eso catástrofe. No hay ninguna catástrofe para el que está relacionado con los elementos. Es la transformación normal, que está en resonancia directa con el regreso del Gran Espíritu. Los pueblos nativos, en cualquier lugar de la Tierra, lo sienten. Ustedes, occidentales abiertos, lo saben. Quienes dudan, dudarán aún. Y quienes dudan de todo, dudaran hasta el último momento, porque sus ojos no pueden ver, porque su cuerpo no puede sentir, mientras los 4 Elementos no se hayan reunido, con el Gran Espíritu, transportados por el Éter. Por supuesto, la Tierra y los Elementos no han hecho más que comenzar. Sé que hace algún tiempo, el Comandante de los Ancianos (O.M. AIVANHOV) les habló de los volcanes, del Agua, de los Viento y de la Tierra. Todo esto tiene lugar ante vuestros ojos; si los tienen. Todo eso concierne a vuestra conciencia si están en el territorio involucrado o si toman la información, de alguna manera.
Pero el cuerpo de carne de los humanos, está hecho así, y su conciencia lo dirige en una dirección u otra y si ésta no quiere verlo, no lo verá, hasta el momento en que los 4 Caballos estén reunidos. Y esto está en camino. A esto, ustedes llaman signos, aquellos que los ven, o para aquellos que dudan. Nosotros, ya cantamos el retorno del Gran Espíritu, el cambio de los Elementos, el cambio de la Tierra, del Cielo y del Aire, el cambio del Agua y del Fuego. Lo que sucede en este cuerpo de carne, pueden calificarlo como un Caballo o uno de los Elementos. Hay Fuego. Hay Agua: el Agua de la Tierra o el Agua del Cielo que fluye sobre ustedes, y sube en ustedes. Hay Aire que circula a vuestro alrededor. Hay Fuego en el eje central del cuerpo, en el pecho o en el vientre, en la cabeza o en los tres. Y esto es perfectamente coherente porque todos estamos constituidos, cuando estamos en la carne, de la misma naturaleza que la Tierra.
El Gran Espíritu ha empezado a hacerse sentir. Los Elementos han despertado, en la Tierra, como en ustedes. Deben estar a la escucha, porque en el momento en que los elementos se pongan en movimiento, no podrán hacer la diferencia entre vuestro cuerpo y el cuerpo de la Tierra. Son la misma realidad. Lo que se eleva desde los volcanes en la Tierra, se eleva en ustedes. El Agua que cubre la tierra es el agua que los recubre. Y esto es lo mismo para los 4 Caballos, estos 4 Jinetes. Desde el momento en que se den cuenta de lo que está sucediendo en vosotros, o que toman conciencia, que lo que está sucediendo sobre la Tierra, ya sea con felicidad o miedo no cambia nada, porque constatarán entonces, poco a poco, que la impresión de estar separados de la naturaleza, de los elementos, y de todo lo que vive en la Tierra, va a desaparecer.
Si el viento se levanta, de una manera más tempestuosa que antes, también así se eleva en ustedes. Todo esto, para decirles, que la separación artificial entre lo interior y exterior, los vivirán como su desaparición. Algunos de los Ancianos hablaron de los Velos. Yo les digo que los elementos que son visibles para ustedes (porque lo viven o porque han oído hablar), se viven también en el Interior. Llegará un momento en que serán el Viento, serán el Aire, serán el Fuego y la Tierra, llevándoles por el camino necesario, para no separarse, del resto.
El Gran Espíritu envió sus Caballos como una advertencia final. Esta advertencia no es una catástrofe o un castigo, es sólo para conmover lo que no había sido todavía sacudido. El Fuego de la Tierra es también vuestro Fuego. El Agua que cambia de lugar, cambia de lugar también, en ustedes. Lo que ven o lo que oyen (o lo que se vive en el territorio donde están), les ocurre exactamente de la misma manera, interiormente. Pronto no podrá ignorarlo o negarlo, porque lo vivirán. Los velos sobre los Caballos han desaparecido, como han desaparecido en ustedes. Si han sido Liberados, la Tierra también lo ha sido. La carne de la Tierra cambia. El cielo de la Tierra cambia. El cielo cambia. Vuestra Tierra cambia.
Todo lo que se puede vivir en el cuerpo, se vive sobre la Tierra. Eso no es sólo una analogía o una resonancia, es lo mismo: no hay diferencia y, si no lo viven aún, van a vivirlo. Cuanto más los Caballos aceleraren su movimiento, su manifestación, verán que este cuerpo se acelera, también. Lo que nombran, Vibraciones son las mismas, para la naturaleza, como para ustedes. De la misma manera que hay Hermanos y Hermanas que viven, de la misma manera, hay territorios que lo viven, así como los Hermanos y Hermanas que no lo viven, de la misma manera, hay territorios que no lo viven.
Están en un país, un territorio donde los Caballos, todavía no se han acelerado realmente, aunque en algunos de ustedes, han tomado la delantera. Pero habrá un punto, en que la llamada del Cielo resuene, en que todo va a igualarse. Y el efecto de los Caballos, de los elementos, no será el mismo, dependiendo de si están preparados o no. La única preparación ahora, es sobre todo abrirse al Gran Espíritu. Esto no se trata de prever o preparar las circunstancias externas con relación a los Caballos, sino preparar vuestro Caballos, porque son ustedes quienes los conducen y qué mejor modo de conducirlos que dejarlos actuar. Cuando esta resonancia se instale, constatarán (como mi pueblo pudo constatarlo, en tiempos no tan lejanos) que podrán ser también el Fuego, así como la Tierra, el Aire y el Agua, sin ninguna dificultad. Si dejan a los Caballos actuar, si dejan a los emisarios del Gran Espíritu, obrar, ellos transformarán de la misma manera, vuestra Tierra, como la tierra de la Tierra, vuestro cuerpo.
De la misma manera que el árbol no puede resistir al Fuego, así como la Tierra no puede resistir al Agua depositada en ella, tampoco ustedes, pueden resistir. Sólo quien se opone al Gran Espíritu cree que él puede soportar la marejada del Gran Espíritu. Eso solo tiene un tiempo y éste tiempo finalizó. La llamada del Fénix, la llamada de la Tierra, y el de los Caballos está en ustedes. Si viven eso, no habrá ya ni Interior ni Exterior. Serán y pasarán a ser lo que Son: el gran Espíritu. Todo lo que está separado, dividido, no podrá, en ustedes como en vuestro entorno mantenerse, para los Hermanos y Hermanas, como para la Tierra misma.
Uno de los Ancianos les había dicho: habrá nuevos cielos y una nueva Tierra. Nunca nadie ha dicho a ustedes que esta nueva Tierra y estos nuevos cielos eran un acuerdo, pero sí, es algo nuevo totalmente. De la misma manera que los elementos que trabajan interiormente, les hace descubrir algo nuevo. Lo que ustedes Son, en el Gran Espíritu, no está condicionado por el miedo, por la ausencia del Gran Espíritu. Entonces (como he dicho en mis intervenciones anteriores), vayan a la naturaleza, aléjense, así fuera por unos momentos, de lo que ha sido armado por los Hermanos y Hermanas privados del Gran Espíritu. Vayan a lo que es natural, que esto sea lo que entra en vuestro cuerpo, porque este cuerpo no tiene necesidad de cosas transformadas por el pensamiento de alguien: los alimentos naturales, los menos arreglados, es lo que convendría.
Busquen el bosque, porque los árboles del bosque, ya encontraron la totalidad del Espíritu. Busquen la compañía del Agua, porque el agua, también, recibió su bautismo de lo Alto. Disfruten tanto como puedan de lo que les ofrece la naturaleza, donde sea que estén. Esto les permitirá, una mejor armonización y mejor sincronización con lo que la naturaleza tiene que decirles, o darles, porque en ella también viven los 4 Caballos. La naturaleza no resiste al Gran Espíritu. Los humanos; ellos sí resisten. Sé que otras Estrellas y Ancianos les dieron signos a observar, si tal Hermano o Hermana puede resonar con ustedes. No hagan esta pregunta a la naturaleza porque ella resonará, necesariamente, con ustedes, desde el momento en que dejen actuar a sus Caballos, ya modificados.
Tomen el rocío de la mañana bajo vuestros pies, porque la Onda de Vida y la Gracia, como la nombran, ya están allí. No olviden el Sol y al Cielo. Vuelvan los ojos hacia otra parte, salgan de vuestras preocupaciones, unos momentos. Miren al cielo por la noche. Miran las nubes, porque ellas portan los Jinetes. Miren los colores, porque al mirarlos, sobrepasan lo que miran y empiezan a comunicar con elementos en la naturaleza. Esto fortalecerá vuestra capacidad de comunicarse, por el Amor, con nosotros y con los Hermanos y Hermanas que se vuelven, ellos también hacia el Gran Espíritu. La naturaleza, más que nunca, es vuestra ayuda. Diría incluso, que para muchos, será un bálsamo, porque todo lo que proviene de la Tierra, a recogido en él, la liberación de ésta; ya sea por los alimentos que no hayan sido arreglados, ya sea madera, las aguas, todo lo que proviene de la Tierra: piedras y cristales.
Siempre hay algo para ustedes, en la naturaleza, mucho más que antes, ahora que los Jinetes están en acción. Recuerden eso, en los momentos en que la duda, el miedo, o la cabeza, puede manifestarse e impedirles de estar conectados con el Gran Espíritu. Todo está en la naturaleza, todo será cada vez más fácil, y todo será más vivo. Giren hacia ella y se girará hacia ustedes. Porque los Caballos de la naturaleza, entrando en contacto con ustedes, van a eliminar lo que es responsable del miedo: la diferencia que hacen entre ustedes y el exterior. Es gracias a la naturaleza que tendrán la suerte de ver, que no hay Interior ni exterior, preparándolos al Gran Espíritu, de la misma manera que nuestra Presencia a vuestro lado. Y esto va a facilitar incluso vuestra capacidad de sentirnos y vivirnos.
La ayuda está en la naturaleza. No en las imágenes proyectadas de vuestras pantallas. Es en este contacto, directo e íntimo, que le dará a vivir lo que son el árbol, el agua, el sol, el cielo, todo sobre lo que pongan vuestra atención, tan pronto como observen con toda la atención de vuestro Ser. El Gran Espíritu ya está ahí. Los elementos de la naturaleza, están transformados, con un pequeño avance en relación a ustedes. Sírvanse de ella, ya que la naturaleza facilitará el resto en ustedes. Yo no los pido o les aconsejo de vivir en la naturaleza, por supuesto, sino de sumergirse en ella. Pregunten, pidan al Gran Espíritu, y a los cuatro Caballeros, a los 4 elementos, de permanecer en ustedes y abolirán esta separación ficticia, abolirán todas las barreras, se harán permeables e irán hacia la Transparencia. Esto cultivará en ustedes, la Humildad, la Simplicidad y les dará, si no es todavía el caso, a vivir el bautismo del Agua y del Fuego, en este cuerpo. Más que nunca, el Cielo, la Tierra, y los elementos son vuestra ayuda.
Más que nunca, si superan el aspecto externo, incluso por encima de estos elementos, encontrarán la fuerza y el Amor. Con 5 minutos que consagren (al menos, si no tienen más tiempo), para mirar algo en la naturaleza, algo sobre la Tierra, algo en el cielo, sentirán, rápidamente, los efectos. De la misma manera que durante la Liberación del Sol, algunos Ancianos, les remendaron mirar, y ponerse frente al Sol: es lo mismo para lo que ahora está sucediendo con la Tierra. Donde los cuatro Caballeros están más activos, fuera de este territorio, son elementos importantes en la llamada del Fénix y de MARIA, para estos pueblos.
Repito una frase del Comandante de los Ancianos (O.M. AIVANHOV): lo que el aspecto exterior puede llamar a veces la muerte, o lo que la oruga llama muerte, la mariposa lo llama nacimiento. Recuerden esto. La naturaleza se los recordará de manera fuerte y evidente. Ella no es un enemigo, es vuestra aliada (lo que ella dice, y lo que sea que haga), en lo más duro del Fuego, lo más duro de la tormenta, o la más dura de la inundaciones, o del tam-tam de la Tierra, es lo que se necesita para abrir el Espíritu. Lo más importante está allí. Por supuesto, si se quedan ustedes en la mirada exterior, ésta no verá sino una inundación, un Apocalipsis, en su sentido oscuro. Pero si ustedes aceptan escuchar a la naturaleza en lo que tiene que decir, será todo, excepto eso. ¿Qué mirada ponen ustedes? De esto resultará la facilidad con que este cuerpo que habitan, viva lo que piden los elementos.
Disfrutan, en estos tiempos, en el territorio en que están o en otros lugares, los trastornos o aceleración, ya sea en el Agua, en la propia Tierra, en el Aire o el Fuego. Porque lo que se manifieste en vuestro territorio, se manifestará en vuestro cuerpo. Y lo que ocurra en vuestro territorio, en relación a los Jinetes, tiene algo de esencial que decirles. No es por nada si el Fuego es más fuerte en algunos territorios, mientras que el Agua es mayor, en otros. El territorio donde estén, les habla. Tiene algo a entregar y entregarlo a ustedes mismos. Si están atentos, él se los dirá. No tengan miedo, sea cual sea el Caballo que se manifieste, allí donde están, pero escúchenlo. Si el cielo truena sobre ustedes, no tenga miedo del relámpago. Si el agua cubre el suelo, no teman al Agua. Si el Fuego quema vuestros bosques, no teman al Fuego, pero escuchen lo que tienen a decir, porque el mensaje es, para ustedes allí donde están, y que si lo escuchan, en ese momento, verán real y concretamente, que no hay ningún Interior, ningún exterior, y que están en el correcto lugar. Esto pondrá fin definitivamente, al aislamiento y al sufrimiento.
Por supuesto, esto también es posible con nuestros Hermanos y nuestras Hermanas, que se vuelven hacia el Gran espíritu y que portan los signos, que ustedes conocen. Vuélvanse hacia ellos, de la misma manera que hacia nosotros. Estamos aquí para eso. No hagan diferencia entre nuestros Hermanos y Hermanas que están en un cuerpo y nosotros, allí donde estamos y la naturaleza. Dónde estén, son alimentados por el Cielo y la Tierra. Acepten de ver y alimentarse de los cambios que se producen en los elementos, allí donde sea que estén. No hay que preservarse, ni a evitarla, sino a recoger el mensaje desde el lugar donde estén. Porque si aceptan este mensaje, entonces, el Gran Espíritu estará presente.
De vuestra capacidad de comunicar, y comulgar con la naturaleza, allí donde estén, saldrán abiertos y en paz. Eso es muy fácil, no es una frivolidad, ni se pide entendimiento, sino Sumergirse en lo que los Caballeros tienen que decir. Recuerden: la madera, el Agua, el Fuego, la Tierra, el Aire, los animales, viven ya, la puesta en movimiento de los elementos, de hecho; algunos hermanos animales los dejan, ellos rencontraron lo que son. No vean, eso tampoco, con vuestro aspecto externo, algo catastrófico, porque vuestra vista exterior está distorsionada. Si llegaran a penetrar la esencia de los delfines que dejan la Tierra, percibirían su inmensa alegría y no un sufrimiento. Una una vez, todo depende de la mirada, externa o interna: la de la cabeza o la del corazón. Y el corazón no dice lo mismo que la cabeza. Vivan estas experiencias, para decidir y a ver la Verdad, con el Corazón y no sólo según las apariencias que son dadas a ver.
La Tierra y el Sol están Liberados. Ustedes están Liberados. Están regenerados, resucitados, como algunos dirían. Y ahora Cielo nuevo, y una nueva Tierra. El Gran Espíritu y la Tierra están de acuerdo. De la misma manera que elementos han hecho un acuerdo en ustedes. Que estén cerrados o abiertos al Gran Espíritu no cambia nada. El cielo, el Gran Espíritu es el mismo para todos, y los efectos de su Luz, y su Aliento proveniente del cosmos, es ahora, el mismo para cada uno. Por supuesto, los ojos de la cabeza van a hablar de algo que no es normal.
Pero los ojos del corazón saben que esto es normal e incluso necesario. Ustedes deciden donde se colocan. ¿Van a seguir a aquellos que tienen miedo y que han contribuido a alejar al Gran Espíritu? ¿O a escuchar lo que les decimos, lo que les dicen vuestros Hermanos y Hermanas en el Corazón? ¿Lo que les dice la naturaleza? El evento es el mismo, pero el mensaje recibido es diferente. Esto colorea sólo lo que crees ser, y lo que piensan con la cabeza. Si dejan que el viento, el Aire, el Fuego y a la Tierra actuar, en la naturaleza, verán que pronto esto va cambiar.
Lo que les digo, en este día, no se podía decir hace 6 meses. Era necesario que la Onda de Vida, viniendo desde el centro de la Tierra, llegara, no sólo a ustedes, sino a la superficie terrestre e embeber, en cierta medida, la naturaleza. Hecho eso, todo será más fácil mañana. No olviden esto. Como pueden ver, por sí mismo, la verdad de lo que digo y que las Estrellas me han encargado de decirles, porque con mi hermana Sin Ojos, somos quienes mejor conocemos la Tierra, en su esencia y en su vida. No puedo decirles algo mejor que de vivirlo y experimentarlo. Háganlo, sin pensamientos negativos, sin pedir nada, solo con estar ahí inmersos, y verán.
El Agua ya no es la misma. El Tierra ya no es la misma. Ni el Fuego es el mismo. Y el Aire, tampoco. El Gran Espíritu les ha infundido algo que estaba perdido y fue rencontrado. Entonces, vívanlo y verán. No hay ninguna diferencia, para vivir eso, entre un Hermano y una Hermana de un pueblo nativo de hoy, y un occidental o un citadino y un campesino. Es necesario que el citadino, como el campesino, vuelva, realmente su mirada hacia la naturaleza, y se sumerjan. Pero, todos ustedes tienen la oportunidad de sumergirse, viendo con el corazón, lo que va a suceder. Por la noche, los rayos del Gran Espíritu son más fáciles de vivir, porque el Sol está en el otro lado. Y, los rayos del cosmos, en estos momentos, son mucho más intensos. Por otra parte verán por las noches, que pasan cosas más importantes y aquellos que no duermes constatarán que este cuerpo de carne empieza a temblar, y a manifestar cosas que no estaban antes allí, mucho menos por las noches. Aprovechen la oportunidad. Vívanlo. Así ninguna duda podrá, entonces, invadirles.
Eso es lo que tenía que transmitirles. El Gran Espíritu, no importa el nombre que le den (La Fuente, o el Absoluto), los elementos, todo eso está en su lugar, desde mañana. Los invito a vivir la experiencia, tan pronto como el Manto Azul de la Gracia sea, en totalidad, depositado en la tierra y en ustedes.
Soy Nieve. Que el Gran Espíritu los calme. Estén en Paz y por lo tanto, los bendigo en su nombre. Les digo hasta más tarde. Gracias.
Original en francés
www.autresdimensions.com
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Hedyn Núñez
http://mensajes-del-espiritu.blogspot.com
http://mensajes-del-espiritu-2010.blogspot.com
Publicado por DOMINGOS Y ANA (Mikaël y SaräAmma) en 12:33 PM
En Este Blog, Se Publicarán Las Noticias Más Importantes de La Federación Galáctica, Maestros Ascendidos, y Otros Maestros de Luz Divina.
martes, 24 de julio de 2012
De Suzanne Lie, PhD, Mytria/Mytra, abriendo el portal, ascensión pleyadiana..continuación, 23 de julio 2012
lunes, 23 de julio de 2012
DE: SUZANNE LIE, PhD... "MYTRIA/MYTRA - ABRIENDO EL PORTAL" ...ASCENSIÓN PLEYADIANA... Continuación...
ASCENSIÓN PLEYADIANA
ABRIENDO EL PORTAL
MYTRIA CONTINÚA…
La
mañana después de la que sentí el AHORA para abrir el Portal desperté
justo antes del amanecer. No tenía planeado despertar a ese tiempo, de
forma que debe de haber sido mi Espíritu el que tomó esa decisión.
Instantáneamente, supe que sería el día sagrado. Por eso, después de
lavarme, vestirme y tomar algo de agua, fui a mi roca especial justo
encima de mi campamento a observar el nacer del Sol.
Tan
pronto como subí a la roca, caí en profunda meditación. Aún cuando
sentía la calidez de los primeros rayos del Sol en mi cara, mantuve mis
ojos cerrados. Entonces, con mis ojos físicos cerrados vi el Sol con mi
Tercer Ojo. Qué visión más gloriosa fue aquella!
A
través de mi Tercer Ojo, fui capaz de percibir colores que eran
invisibles a mi visión física. También, pude sentir las frecuencias
elevadas de estos rayos justo encima de mi corazón. Recordé un mito
antiguo que había estudiado en el Templo sobre la existencia de un
Corazón Superior justo encima de nuestro corazón físico.
El
mirar el amanecer a través de mi Tercer Ojo abrió mi Corazón Superior?
No pude ponderar esa pregunta porque instantáneamente, mi cuerpo entró
en un temblor tan vigoroso que casi caigo de la roca. Sentí la energía
originada de la base de mi propia matriz y subiendo mi espina dorsal. La
energía era tan cálida, luego fría, luego cálida de nuevo.
Estaba
temblando tanto que podía difícilmente permanecer consciente cuando
escuchaba, “Empuja la energía hacia el Centro!”. No estaba segura cómo
hacer esto, así que imaginé que podía respirar la energía en mi Centro.
Gradualmente, la energía se calmó, como el agua que había encontrado un
lugar en la tierra que pudiese acompasarse a su flujo.
Ahora
mi cuerpo comenzaba a ondular con el flujo de la energía, la que
parecía ir directamente con mi respiración. Enlentecí mi respiración
para calmar mi mente, tomando largas y lentas inhalaciones y haciendo
mis exhalaciones ser el doble de largas que mis inhalaciones.
Fue
entonces que sentí el Río de la VIDA fluyendo a través de mi Centro.
Sin embargo, no era un río de agua. Era un río de Luz. Al elevarse la
luz del Sol en el cielo, la cima de mi cabeza comenzó a brillar y a
pulsar.
Podía
sentir la luz del sol entrando por la cima de mi cabeza. Como el agua
del mar, el Océano Cósmico, la luz desde arriba interactuaba con el
Flujo de luz desde la base de mi espina dorsal. Desde la cima de mi
cabeza hacia mi Corazón Superior podía sentir las dos fuentes de luz
interactuar y entremezclarse.
Estaba
observando el interior de mi forma al estar viendo a través de un
Portal. Si, el primer Portal que tenía que abrir era el Portal de mi
SER, mi propio Centro.
Me
senté allí el día entero, sin beber, comer o siquiera moverme. No sé
cómo lo hice. De hecho, no lo he podido hacer desde entonces. Sin
embargo, en aquel día destinado, fui capaz de entregarme completamente.
No estoy segura a qué me entregué, pero cambió mi vida por siempre.
Quizás, me entregué a mi Destino.
Al
comenzar el sol a ocultarse, podía sentir que esta gran luz había
viajado todo el camino hacia abajo en la base de mi espina dorsal. Al
ocultarse totalmente el Sol, me recosté en la roca y dormí hasta el
siguiente amanecer.
Otra
vez, desperté justo antes del amanecer, pero esta vez estaba muy
hambrienta. No obstante no sabía si podría caminar, menos aún bajar de
la roca, así que me recosté allí hasta que hubo suficiente luz. Estiré
mi cuerpo y traté de recordar qué había pasado el día anterior. No, no
podía recordar nada, al menos no aún.
La
última cosa que podía recordar era escalando la roca y comenzando a
meditar. Entonces, mi mente se volvió en blanco. “Vendrá a ti, ya que
estás lista para usarlo”. Escuché de nuevo la voz interior familiar.
Había aprendido a confiar en aquella voz completamente. Por lo tanto, me
senté, lentamente me incorporé y bajé de la roca.
Cuando
llegué a mi campamento, entré en la piscina, con ropa y todo y
permanecí allí por horas. Finalmente, el hambre me forzó a salir de mi
matriz acuosa, así como, en efecto, de la que había nacido. Salir del
estanque, pararme e intentar caminar me hizo sentir como un infante. Fue
como si alguien más estuviese a cargo de mi cuerpo. Sin embargo, que
alguien más se sintiera tan amable, amoroso y paciente, era más que
bueno.
Cuando
fui a comer, me di cuenta de la primer cosa en la que había cambiado.
No podía encontrar nada que mi cuerpo aceptara como comida, excepto el
agua. Por lo tanto, bebí mucha, mucha agua. Finalmente, encontré algunas
hierbas que había secado e hice con ellas té. Mi nuevo cuerpo aceptó el
té, también. Había comenzado a entender cómo había sido importante y
completo este proceso de re-nacimiento.
Dentro
de los siguientes pocos días encontré algunos nutrientes que mi cuerpo
pudo ser capaz de aceptar. Todos ellos habían sido de la tierra como
ciertas hierbas y flores. Tenía que confiar en mis instintos para estar
segura de que no estaba comiendo algo venenoso. Afortunadamente, mi
forma actualizada estaba completamente integrada con la tierra y sabía
qué comer y qué no comer.
Perdí
todo el sentido del tiempo y estuve despierta durante el día o la noche
por muchas horas o solo algunas. No había nadie a quién cuidar o algo
que hacer. Por eso, podía abrazar completamente mi proceso y seguir cada
una de las direcciones internas en el exacto AHORA en el cual las
recibía.
Sabía
que el cuerpo había cambiado en resonancia porque podía percibir cosas
que nunca podía percibir antes, como las auras alrededor de cada planta.
Era el aura de las plantas que me decía qué comer o qué no. Si el aura
era azul a violeta, estaban bien para que las comiera. Sin embargo, si
el aura era verde a rojo, no. Disfruté esta nueva habilidad de ver la
resonancia de toda la vida y caminé alrededor de mi campo observando
todas las auras.
Eventualmente,
me aventuraba más allá de los confines de mi campamento y me encontré
en el Lago donde había encontrado a Mytra. Había estado evadiendo el
Lago, ya que me hacía sentir muy triste. No obstante, ahora el lago me
trajo alegría, y pasé una gran parte del día nadando y descansando en el
agua. Al Sol ir bajando en el horizonte, supe que era tiempo de
retornar.
Estaba
caminando sobre el mismo borde por el cual había caminado aquella noche
que encontré a Mytra cuando vi una figura parada allí. Se parecía mucho
a Mytra, pero sabía que era imposible. Corrí allí adonde la figura
estaba parada para ser repentinamente abrazada por los brazos fuertes de
mi amado.
Comencé
a sollozar de alegría, al sentir su brazo físico alrededor mío.
Permanecimos juntos como un ser por lo que pareció ser por siempre,
hasta que le escuché decir, “No estoy realmente aquí ahora. Esta es mi
Proyección Astral”. Me corrí fuera de él desilusionada y enojada.
“Pero te ves tan real. Cómo puede ser?”.
“No estés enojada, mi amada, hicimos este acuerdo durante tu despertar”.
No podía recordar ningún acuerdo, pero nunca supe que él me mintiera.
“Oh Mytra, te has vuelto tan poderoso. Estoy tan orgullosa de tí, mi amor. Cuánto más puedes permancer así?”.
Mytra sonrió y dijo, “No lo sé, pero he sido instruído para llevarte a la Roca Sagrada a medianoche”.
“Te
llamó la Madre a ti también?”, pregunté.
“Tú me has llamado, por lo cual he aprendido esta habilidad de
teleportación. Fue mi gran necesidad de sostenerte en mis brazos que me
forzó a abrir el ADN latente que tenía escondido esta habilidad
innata”.
“Si,
dije”, “Y nunca hubiera hecho este viaje si no hubieses estado lejos de
mi. Aquello que vimos como un desastre fue en realidad nuestro
destino”.
Caminamos
codo con codo a la Roca Sagrada y permanecimos de pie delante de ella
hasta que los últimos rayos del Sol cayeron sobre el horizonte. Teníamos
varias horas hasta la medianoche, así que nos sentamos y hablamos sobre
todo lo que nos había pasado desde que habíamos partido. El tiempo que
pasamos juntos se sintió como una eternidad, aunque en realidad fue muy
corto.
Cuando
fue casi medianoche, la imagen de Mytra comenzó a difumarse. Sabíamos
que nuestro tiempo estaba casi terminando. Él había venido a asistirme
en abrir el Portal, mi iniciación, y yo había sido su iniciación a
teletransportarse tan lejos y por tanto tiempo.
Cuando
era casi la medianoche, nos sostuvimos muy cerca uno del otro. Su forma
comenzó a fluctuar, como si estuviera perdiendo la conexión. De hecho,
dijo que estaba perdiendo la conexión con su forma física y debería irse
ahora o dañaría mucho su cuerpo. Lo liberé con un beso final, di un
giro y me enfrenté a la Roca Sagrada.
Supe
que se había ido, pero la conexión con nuestro corazón se había
fortalecido. Podía sentirlo en mi Corazón Superior, que él me había dado
el coraje y la confianza que necesitaba para abrir el Portal. Con mi
mente en paz y mi corazón lleno de amor, me incliné y toqué la Roca
Sagrada con la palma de mi mano derecha.
Instantáneamente,
sentí mi conexión con el Portal. Manteniendo mi mano en la Roca, me
moví cerca y más cerca hasta que estuve parada a unos pocos centímetros
de la superficie. Poco a poco dejé caer mi mano y avancé hacia adelante
hasta que mis dedos tocaban la Roca. Entonces, me acerqué hasta que mi corazón estaba tocando la Roca.
Escuché
un sonido como de giro y sentí una suave brisa que pareció venir de
la Roca. Esperé a que la brisa se volviese un viento y el viento se
volviese un torrente. El sonido era tan fuerte que casi hiere mis oídos,
pero no me moví.
Cerré
mis ojos para ver mejor a través de mi Tercer Ojo y descubrí una luz
viniendo desde el Centro de la Roca. Toqué esta luz y sentí mi mano
moverse dentro de la roca. Con mi mano delante de mí di mi primer paso
hacia la Roca y a través del Portal. Fue entonces que el ruido se volvió
tan fuerte que lastimaba mis oídos y la luz tan brillante me hacía
doler el Tercer Ojo, pero continué mi movimiento hacia delante.
De
repente, fui empujada a través de una matriz de luz y sonido que
giraba. Estaba completamente desorientada y no podía decir lo que era
arriba o abajo. De hecho, pienso que estaba girando alrededor de ella.
Usé todo el control mental que había aprendido para evitar las náuseas y
llamé a la Madre para que me sacara a través del Portal hacia Su Matriz
en el Centro de nuestro planeta.
Pareció
por siempre antes de que el giro parase. Entonces estaba casi fuera del
vórtex y en el suelo fresco en total oscuridad. Lentamente me levanté y
esperé a la Madre. Lentamente me aclimaté a la tenue luz y a la densa
atmósfera, hasta que pude ver que era la misma cueva en la cual había
encontrado por primera vez a la Madre, Elohim Alcyone.
Por:Suzanne Lie, PhD
http://suzanneliephd.blogspot.com
Traducción al español: - Shanti
http://arcturianstarseeds.blogspot.com
Publicado por Juan Pablo en 20:27
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